“¡Bebe un galón de agua al día!”
“¡Haz ejercicio al menos 30 minutos al día!”
“¡Coma una dieta saludable!”
“¡Pon tu ducha a temperatura helada durante un minuto antes de salir!”
Los hemos escuchado todos antes; Formas “simples” de mantener su cuerpo sano, mientras luce y funciona de la mejor manera. Lo que muchos de nosotros no nos damos cuenta es que estos consejos no sólo son importantes para el rendimiento de nuestro cuerpo, sino también para la apariencia de nuestra preciosa piel. Entonces, ¿para qué sirven exactamente estos consejos y trucos? Pues en definitiva, todos contribuyen a aumentar nuestra circulación sanguínea.
Considerar cómo la circulación sanguínea afecta nuestra piel puede parecer un pensamiento extraño. Yo mismo lo sé, nunca lo había considerado antes de aprender las increíbles formas en que podría hacer que mi piel luzca más húmeda y vibrante con unos pocos cambios menores en mi estilo de vida. Siendo un ex patinador artístico profesional, siempre llevé un estilo de vida bastante saludable tanto en mi dieta como en mis niveles de actividad, y nunca salía de casa sin mi botella de agua. Aun así, a menudo experimentaba opacidad, sequedad e imperfecciones en la piel. Después de algunas pruebas y errores, y de mucha investigación, encontré algunas soluciones y estoy muy emocionado de contarte cómo puedes transformar tu piel de opaca a deslumbrante mejorando tu circulación sanguínea con unos simples pasos.
Para empezar, echemos un vistazo a la circulación sanguínea y lo que hace. Nuestra sangre transporta oxígeno y nutrientes por nuestro cuerpo, lo que beneficia a nuestro corazón, cerebro, pulmones y todas las células del cuerpo, incluida la piel. Para nuestra piel, la falta de una buena circulación sanguínea puede causar muchos efectos no deseados como palidez, sequedad, picazón, manchas, una tasa de curación más lenta de heridas e imperfecciones e incluso un mayor riesgo de infecciones.
Cuando nuestra sangre circula eficientemente, se mueve lentamente, con una alta viscosidad, lo que le permite lavar nuestras venas y reparar todos los tejidos. La circulación sanguínea entrega los nutrientes necesarios a nuestra piel para defenderse y combatir no sólo los brotes y la sequedad, sino también los signos del envejecimiento prematuro. La mala circulación significa una especie de sangre resbaladiza que corre rápidamente por nuestras venas y conduce a una disminución de las cualidades reparadoras. El flujo sanguíneo ineficiente inhibe el sistema de eliminación de desechos y el proceso de curación que nuestra circulación debería proporcionarnos, lo que provoca inflamación de la piel y una mayor vulnerabilidad a los brotes. Como nuestra sangre también transporta oxígeno a través de nuestro cuerpo, una mala circulación también puede provocar que la sangre no esté lo suficientemente oxigenada, lo que provoca antiestéticas ojeras debajo de los ojos.
Todo esto puede parecer un poco desalentador, así que estoy seguro de que te lo estarás preguntando como yo. ¿Cómo podemos agregar pasos simples a nuestras apretadas agendas para asegurarnos de que nuestra piel se mantenga deliciosa?